Un día como hoy 29 de setiembre...........
29 DE SEPTIEMBRE: DIA MUNDIAL DE LOS MARES
El depósito final de una
gran parte de nuestros desechos es el mar. Hacia allá va a parar gran parte de
los residuos urbanos e industriales. Además, los océanos no reciben únicamente
las aguas residuales, sino que en muchas ocasiones son repositorios de
materiales radiactivos.
Los océanos cubren casi
las tres cuartas partes de la superficie de la Tierra , contienen las nueve
décimas partes de los recursos de agua y es el hábitat natural de más del 97%
de seres vivos del planeta. Los océanos son parte esencial de nuestra biosfera:
influyen en nuestro clima y en nuestro bienestar. De hecho, sin los océanos la
vida no existiría.
Cada año se capturan en
todo el mundo casi 90 millones de toneladas de pescado, con un valor aproximado
de 50 mil millones de dólares. El sector pesquero da trabajo a 36 millones de
personas y cada vez son más los científicos que se interesan por el estudio del
fondo de los océanos y buscan allí los descubrimientos y los recursos del
futuro.
Día Mundial de los Mares
El transporte marítimo es
una de las actividades indispensables en la vida económica del mundo, pero
lamentablemente perjudica el ecosistema de nuestros mares. Se calcula que anualmente
se vierten en los océanos 600 mil toneladas de petróleo. La contaminación con
productos tóxicos ha llegado inclusive a zonas casi vírgenes como el Océano
Ártico.
Éste y otros problemas
como el calentamiento global -que es el aumento de las aguas por el
derretimiento de los polos- adquieren particular importancia considerando que
las dos terceras partes de la población mundial viven en zonas costeras.
En virtud a esta
problemática, la
Organización de las Naciones Unidas estableció el Día Mundial
de los Mares con el fin de mantener y mejorar la seguridad de la vida en el
mar. A su vez, se plantea lograr que las operaciones marítimas internacionales
sean eficientes y eviten la contaminación causada por las actividades
terrestres y por las descargas tóxicas, ilegales y peligrosas de los buques.
El primer Día Mundial de
los Mares fue celebrado el 17 de marzo de 1978 por el Consejo de Administración
de la
Organización Marítima Internacional (OMI) en su trigésimo
octavo período de sesiones. Desde esa fecha entró en vigor la Convención de la Organización Consultiva
Marítima Intergubernamental (OCMI).
Para asegurar el
cumplimiento de las medidas de seguridad, los estados miembros adoptan en sus
legislaciones las normas necesarias y firman acuerdos y convenios con
disposiciones obligatorias. Una de éstas consiste en que todo buque que llegue
a un puerto diferente al de su país de origen debe ser inspeccionado para
comprobar que cumple con las normas de la OMI.
En 1980, la asamblea de la OMI decidió que el Día Mundial
de los Mares se celebre durante la última semana de setiembre, pero cada
gobierno puede disponer qué día de la semana dedica al homenaje. El propósito
de esta fecha es tomar conciencia y mirar hacia el futuro para seguir
trabajando a favor de la seguridad y la protección en la navegación, así como
en la prevención de la contaminación de nuestros océanos.
CONTAMINACIÓN DE LOS MARES
Debido a la inmensidad y profundidad de los océanos, hasta hace poco el hombre creía que podría utilizarlos para verter basura y sustancias químicas en cantidades ilimitadas sin que esto tuviera consecuencias importantes. Los partidarios de continuar con los vertidos en los océanos incluso tenían un eslogan: «La solución a la contaminación es la dilución.»
En la actualidad, basta con fijarse en la zona muerta del tamaño del estado de Nueva Jersey que se forma cada verano en el delta del río Mississippi, o en la extensión de 1.600 kilómetros de plástico en descomposición en el Pacífico Norte para darse cuenta de que esta política de la «dilución» ha contribuido a llevar al borde del colapso lo que tiempo atrás fue un ecosistema oceánico próspero.
Debido a la inmensidad y profundidad de los océanos, hasta hace poco
el hombre creía que podría utilizarlos para verter basura y sustancias químicas
en cantidades ilimitadas sin que esto tuviera consecuencias importantes. Los
partidarios de continuar con los vertidos en los océanos incluso tenían un
eslogan: «La solución a la contaminación es la dilución.»
En la actualidad, basta con fijarse en la zona muerta del tamaño del estado de
Nueva Jersey que se forma cada verano en el delta del río Mississippi, o en la
extensión de 1.600 kilómetros de plástico en descomposición en el Pacífico
Norte para darse cuenta de que esta política de la «dilución» ha contribuido a
llevar al borde del colapso lo que tiempo atrás fue un ecosistema oceánico
próspero.
Diversas formas de contaminación
Existen pruebas de que los océanos han sufrido a manos del hombre
durante miles de años, desde la época romana. Sin embargo, los estudios
llevados a cabo recientemente demuestran que la degradación, especialmente en
las zonas costeras, se ha acelerado notablemente en los últimos tres siglos a
medida que han aumentado los vertidos industriales y la escorrentía procedente
de explotaciones agrarias y ciudades costeras.
La contaminación es la introducción de contaminantes nocivos que no son
habituales en un ecosistema determinado. Algunos de los contaminantes más
comunes derivados de la actividad humana son los plaguicidas, herbicidas,
fertilizantes químicos, detergentes, hidrocarburos, aguas residuales, plásticos
y otros sólidos. Muchos de estos contaminantes se acumulan en las profundidades
del océano, donde son ingeridos por pequeños organismos marinos a través de los
cuales se introducen en la cadena alimentaria global. Los científicos incluso
han descubierto que los medicamentos que ingiere el hombre y que no llegan a
ser procesados completamente por su organismo acaban en el pescado que comemos.
Muchos de los contaminantes que encontramos en los océanos son liberados en el
medio ambiente mucho antes de llegar a las costas. Los fertilizantes ricos en
nitrógeno que utilizan los productores agrícolas en zonas de interior, por
ejemplo, acaban en las corrientes, ríos y aguas subterráneas locales, y más
tarde se depositan en los estuarios, bahías y deltas. Este exceso de nutrientes
puede provocar un crecimiento masivo de algas que consumen el oxígeno del agua,
generando zonas en las que no puede haber vida marina o apenas existe. Los
científicos han descubierto 400 zonas muertas con estas características por
todo el planeta.
Los residuos sólidos como bolsas, espuma y otros desechos vertidos en los
océanos desde tierra o desde barcos en el mar acaban siendo con frecuencia
alimento de mamíferos marinos, peces y aves que los confunden con comida, con
consecuencias a menudo desastrosas. Las redes de pesca abandonadas permanecen a
la deriva durante años, y muchos peces y mamíferos acaban enredados en ellas.
En algunas regiones, las corrientes oceánicas arrastran billones de objetos de
plástico en descomposición y otros residuos hasta formar remolinos gigantescos
de basura. Uno de ellos, situado en el Pacífico septentrional y conocido como
el Gran Parche de Basura del Pacífico, tiene una extensión que según las
estimaciones llevadas a cabo duplica la del estado de Texas. A principios de
2010, se descubrió otra gigantesca isla de basura en el océano Atlántico.
Contaminación acústica
La contaminación no siempre es física. En masas de agua de gran extensión, las
ondas sonoras pueden propagarse a lo largo de kilómetros sin perder intensidad.
La presencia cada vez mayor de sonidos de gran potencia o constantes
procedentes de barcos, sónares, instalaciones petrolíferas e incluso de fuentes
naturales como terremotos puede alterar los patrones de migración,
comunicación, caza y reproducción de muchos animales marinos, en especial los
de mamíferos acuáticos como la ballena y el delfín.
El fin de la era de la «dilución»
El hombre comienza a percatarse de la insostenibilidad de la filosofía de la
«dilución». Muchas leyes nacionales y protocolos internacionales prohíben en la
actualidad el vertido de sustancias nocivas en los océanos, si bien su
aplicación es a menudo incierta. Se están creando santuarios marinos con el fin
de mantener ecosistemas marinos prístinos. Asimismo, se están llevando a cabo iniciativas
aisladas que han logrado cierto éxito en la restauración de estuarios y bahías.
¿QUÉ PUEDES HACER TÚ?
- Evita comprar cosas que no necesites. Así no producirás residuos.
- Inicia con tus compañeros una campaña contra los residuos en tu institución educativa.
- Evita comprar cosas con muchos envoltorios porque luego se convierten en basura.
- Rechaza los productos de limpieza o artículos de aseo que contengan sustancias químicas peligrosas.
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