domingo, 29 de septiembre de 2013



Un día como hoy 29 de setiembre...........


29 DE SEPTIEMBRE: DIA MUNDIAL DE LOS MARES


El depósito final de una gran parte de nuestros desechos es el mar. Hacia allá va a parar gran parte de los residuos urbanos e industriales. Además, los océanos no reciben únicamente las aguas residuales, sino que en muchas ocasiones son repositorios de materiales radiactivos.

Los océanos cubren casi las tres cuartas partes de la superficie de la Tierra, contienen las nueve décimas partes de los recursos de agua y es el hábitat natural de más del 97% de seres vivos del planeta. Los océanos son parte esencial de nuestra biosfera: influyen en nuestro clima y en nuestro bienestar. De hecho, sin los océanos la vida no existiría.

Cada año se capturan en todo el mundo casi 90 millones de toneladas de pescado, con un valor aproximado de 50 mil millones de dólares. El sector pesquero da trabajo a 36 millones de personas y cada vez son más los científicos que se interesan por el estudio del fondo de los océanos y buscan allí los descubrimientos y los recursos del futuro.

Día Mundial de los Mares 

El transporte marítimo es una de las actividades indispensables en la vida económica del mundo, pero lamentablemente perjudica el ecosistema de nuestros mares. Se calcula que anualmente se vierten en los océanos 600 mil toneladas de petróleo. La contaminación con productos tóxicos ha llegado inclusive a zonas casi vírgenes como el Océano Ártico.

Éste y otros problemas como el calentamiento global -que es el aumento de las aguas por el derretimiento de los polos- adquieren particular importancia considerando que las dos terceras partes de la población mundial viven en zonas costeras.

En virtud a esta problemática, la Organización de las Naciones Unidas estableció el Día Mundial de los Mares con el fin de mantener y mejorar la seguridad de la vida en el mar. A su vez, se plantea lograr que las operaciones marítimas internacionales sean eficientes y eviten la contaminación causada por las actividades terrestres y por las descargas tóxicas, ilegales y peligrosas de los buques.


El primer Día Mundial de los Mares fue celebrado el 17 de marzo de 1978 por el Consejo de Administración de la Organización Marítima Internacional (OMI) en su trigésimo octavo período de sesiones. Desde esa fecha entró en vigor la Convención de la Organización Consultiva Marítima Intergubernamental (OCMI).

Para asegurar el cumplimiento de las medidas de seguridad, los estados miembros adoptan en sus legislaciones las normas necesarias y firman acuerdos y convenios con disposiciones obligatorias. Una de éstas consiste en que todo buque que llegue a un puerto diferente al de su país de origen debe ser inspeccionado para comprobar que cumple con las normas de la OMI.
 

En 1980, la asamblea de la OMI decidió que el Día Mundial de los Mares se celebre durante la última semana de setiembre, pero cada gobierno puede disponer qué día de la semana dedica al homenaje. El propósito de esta fecha es tomar conciencia y mirar hacia el futuro para seguir trabajando a favor de la seguridad y la protección en la navegación, así como en la prevención de la contaminación de nuestros océanos.

CONTAMINACIÓN DE LOS MARES

Debido a la inmensidad y profundidad de los océanos, hasta hace poco el hombre creía que podría utilizarlos para verter basura y sustancias químicas en cantidades ilimitadas sin que esto tuviera consecuencias importantes. Los partidarios de continuar con los vertidos en los océanos incluso tenían un eslogan: «La solución a la contaminación es la dilución.»

En la actualidad, basta con fijarse en la zona muerta del tamaño del estado de Nueva Jersey que se forma cada verano en el delta del río Mississippi, o en la extensión de 1.600 kilómetros de plástico en descomposición en el Pacífico Norte para darse cuenta de que esta política de la «dilución» ha contribuido a llevar al borde del colapso lo que tiempo atrás fue un ecosistema oceánico próspero.
Debido a la inmensidad y profundidad de los océanos, hasta hace poco el hombre creía que podría utilizarlos para verter basura y sustancias químicas en cantidades ilimitadas sin que esto tuviera consecuencias importantes. Los partidarios de continuar con los vertidos en los océanos incluso tenían un eslogan: «La solución a la contaminación es la dilución.»
En la actualidad, basta con fijarse en la zona muerta del tamaño del estado de Nueva Jersey que se forma cada verano en el delta del río Mississippi, o en la extensión de 1.600 kilómetros de plástico en descomposición en el Pacífico Norte para darse cuenta de que esta política de la «dilución» ha contribuido a llevar al borde del colapso lo que tiempo atrás fue un ecosistema oceánico próspero.
Diversas formas de contaminación
Existen pruebas de que los océanos han sufrido a manos del hombre durante miles de años, desde la época romana. Sin embargo, los estudios llevados a cabo recientemente demuestran que la degradación, especialmente en las zonas costeras, se ha acelerado notablemente en los últimos tres siglos a medida que han aumentado los vertidos industriales y la escorrentía procedente de explotaciones agrarias y ciudades costeras.
La contaminación es la introducción de contaminantes nocivos que no son habituales en un ecosistema determinado. Algunos de los contaminantes más comunes derivados de la actividad humana son los plaguicidas, herbicidas, fertilizantes químicos, detergentes, hidrocarburos, aguas residuales, plásticos y otros sólidos. Muchos de estos contaminantes se acumulan en las profundidades del océano, donde son ingeridos por pequeños organismos marinos a través de los cuales se introducen en la cadena alimentaria global. Los científicos incluso han descubierto que los medicamentos que ingiere el hombre y que no llegan a ser procesados completamente por su organismo acaban en el pescado que comemos.
Muchos de los contaminantes que encontramos en los océanos son liberados en el medio ambiente mucho antes de llegar a las costas. Los fertilizantes ricos en nitrógeno que utilizan los productores agrícolas en zonas de interior, por ejemplo, acaban en las corrientes, ríos y aguas subterráneas locales, y más tarde se depositan en los estuarios, bahías y deltas. Este exceso de nutrientes puede provocar un crecimiento masivo de algas que consumen el oxígeno del agua, generando zonas en las que no puede haber vida marina o apenas existe. Los científicos han descubierto 400 zonas muertas con estas características por todo el planeta.
Los residuos sólidos como bolsas, espuma y otros desechos vertidos en los océanos desde tierra o desde barcos en el mar acaban siendo con frecuencia alimento de mamíferos marinos, peces y aves que los confunden con comida, con consecuencias a menudo desastrosas. Las redes de pesca abandonadas permanecen a la deriva durante años, y muchos peces y mamíferos acaban enredados en ellas. En algunas regiones, las corrientes oceánicas arrastran billones de objetos de plástico en descomposición y otros residuos hasta formar remolinos gigantescos de basura. Uno de ellos, situado en el Pacífico septentrional y conocido como el Gran Parche de Basura del Pacífico, tiene una extensión que según las estimaciones llevadas a cabo duplica la del estado de Texas. A principios de 2010, se descubrió otra gigantesca isla de basura en el océano Atlántico.
Contaminación acústica
La contaminación no siempre es física. En masas de agua de gran extensión, las ondas sonoras pueden propagarse a lo largo de kilómetros sin perder intensidad. La presencia cada vez mayor de sonidos de gran potencia o constantes procedentes de barcos, sónares, instalaciones petrolíferas e incluso de fuentes naturales como terremotos puede alterar los patrones de migración, comunicación, caza y reproducción de muchos animales marinos, en especial los de mamíferos acuáticos como la ballena y el delfín.
El fin de la era de la «dilución»
El hombre comienza a percatarse de la insostenibilidad de la filosofía de la «dilución». Muchas leyes nacionales y protocolos internacionales prohíben en la actualidad el vertido de sustancias nocivas en los océanos, si bien su aplicación es a menudo incierta. Se están creando santuarios marinos con el fin de mantener ecosistemas marinos prístinos. Asimismo, se están llevando a cabo iniciativas aisladas que han logrado cierto éxito en la restauración de estuarios y bahías.

¿QUÉ PUEDES HACER TÚ?
  • Evita comprar cosas que no necesites. Así no producirás residuos.
  • Inicia con tus compañeros una campaña contra los residuos en tu institución educativa.
  • Evita comprar cosas con muchos envoltorios porque luego se convierten en basura.
  • Rechaza los productos de limpieza o artículos de aseo que contengan sustancias químicas peligrosas.





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